Aceites para el cuidado de la piel.
Los aceites vegetales son una de las mejores formas de cuidarnos y pueden adaptarse con facilidad si se producen cambios en las circunstancias de la persona como consecuencia, por ejemplo, del estrés, los problemas de salud, el estilo de vida y el bienestar general. Con frecuencia, estos factores cambian de un mes para otro. Es importante escuchar tu piel, tener en cuenta las necesidades cambiantes de nuestra dermis, que refleja los factores físicos, medioambientales y emocionales que te rodean.
Determinar que necesidades tiene tu dermis
El primer paso para decidir qué régimen concreto de cuidados necesitas es establecer tu tipo básico de piel. Observa si hay algunos que resulten apropiados tanto para tu piel como para tus necesidades emocionales. Muchas personas creen que su dermis es una mezcla de distintos tipos. La mixta es un puzle de normal, grasa y seca en el que las partes grasas suelen estar en la frente, la nariz y la barbilla.
Este tipo de piel puede aparecer en cualquier momento como consecuencia de un cambio en el estado de salud, el estilo de vida, las condiciones laborales y, por supuesto, el nivel de estrés.
Trátala como si fuera normal y, si las zonas grasas llegan a constituir un problema, utiliza en ellas los aceites faciales para pieles grasas.
A medida que la dermis empiece a equilibrarse, ve adaptando el tratamiento. Nuestra piel puede cambiar bastante rápido. Por eso debes observar los cambios que se vayan produciendo y estar preparado para cambiar los aceites cuando sea necesario.
Normal ¿Alguien la tiene?
En realidad, la piel normal no existe. Mejor dicho, los niños tienen dermis normal; y los demás aspiramos a tenerla! El cutis perfecto de la etapa anterior a la pubertad es regordeta, con células firmes y sólidas, ni seca ni grasa, con una textura fina sin poros visibles, puntos negros ni granos, suave y aterciopelada al tacto y sin arrugas. Los adultos no podemos más que añorar esta perfección y consideramos que una piel es «normal» si se parece a ella; con que esté a medio camino de alcanzarla, nos conformamos. El término normal resulta tan poco apropiado en este contexto que yo prefiero denominarla equilibrada.
Si tu dermis entra en esta categoría, puedes utilizar prácticamente cualquier aceite esencial para tus preparados. Evita los diseñados para tratar el acné o granos al menos que los necesites para cuando las hormonas hacen aparecer algún que otro granito.
EQUILIBRADA: ACEITES VEGETALES
- Almendras dulces (Prunus amygdalus var. dulcis)
- Argán (Argania spinosa)
- Avellana (Corylus avellana)
- Camelia (Camellia japonica)
- Hueso de albaricoque (Prunus armeniaca)
- Borraja (Borago officinalis)
- Onagra (Oenothera biennis)
- Rosa mosqueta (Rosa rubiginosa)
- Semilla de flor de la pasión (Passiflora incarata)
- Semilla de granada (Punica granatum)
AÑADE UNAS GOTAS DE ACEITES ESENCIALES A TU MEZCLA DE ACEITES VEGETALES ELEGIDOS
- Azahar o neroli (Citrus aurantium)
- Geranio (Pelargonium graveolens)
- Incienso (Boswellia carteri)
- Jazmin (Jasminum grandiflorum/officinale)
- Lavanda (Lavandula angustifolia)
- Palmarrosa (Cymbopogon martini)
SECA: ACEITES VEGETALES ADECUADOS PARA MEJORAR LA HIDRATACIÓN
Las células de la capa externa de la piel están básicamente en la última fase del proceso de eliminación, conocida como descamación, y se mantienen unidas gracias a la película hidrolipídica. Esta película está formada por aminoácidos y ácido láctico procedentes del sudor, ácidos grasos del sebo y subproductos hidratantes de la queratinización, que es el proceso por el cual las células se desprenden de la capa superior y son sustituidas por las que se encuentran debajo.
Cuando la capa hidrolipídica se trastorna por algún motivo, se percibe sequedad en la piel. Esto puede ser consecuencia de un trastorno en el equilibrio normal del pH, porque no se produce suficiente sebo, porque la calefacción reseca la piel, como resultado de cambios hormonales o de medicaciones que han perturbado el equilibrio normal del sistema de protección de la piel o por muchas otras razones.
Cuando la piel se seca, está menos flexible y es más propensa a arrugarse; puede incluso llegar a descamarse. Con el tiempo puede volverse sensible, propensa a la inflamación, y el viento y el sol la deshidratan con facilidad. Es propensa a pelarse y a sufrir picores en épocas de estrés. Después del lavado, suele sentirse tensa. En ocasiones, el cutis seco es consecuencia de cambios hormonales y de la menopausia.
SECA: ACEITES VEGETALES
- Aguacate (Persea americana)
- Almendras dulces (Prunus amygdalus var. dulcis)
- Argán (Argania spinosa)
- Camelia (Camellia japonica)
- Hueso de albaricoque (Prunus armeniaca)
- Macadamia (Macadamia ternifolia)
- Salvado de arroz (Oryza sativa)
- Semilla de cáñamo (Cannabis sativa)
- Bayas de acai (Euterpe oleracea)
- Borraja (Borago officinalis)
- Escaleno de oliva (Olea europaea)
- Onagra (Oenothera biennis)
- Rosa mosqueta (Rosa rubiginosa)
- Semilla de frambuesa roja (Rubus idaeus)
AÑADE UNAS GOTAS DE ACEITES ESENCIALES PARA NUTRIR TU PIEL SECA
- Amaro o salvia romana (Salvia sclarea)
- Azahar o neroli (Citrus aurantium)
- Geranio (Pelargonium graveolens)
- Incienso (Boswellia carterii)
- Lavanda (Lavandula angustifolia)
- Palmarrosa (Cymbopogon martini)
- Palo de ho (Cinnamomum camphora qt. limalool)
MIXTA / GRASA: ELIGE TUS ACEITES VEGETALES
La piel grasa es consecuencia de una actividad excesiva de las glándulas sebáceas. Esas glándulas se ven afectadas por los cambios hormonales y por eso la piel grasa puede llegar a ser un problema en la pubertad.
Unas glándulas sebáceas hiperactivas suelen provocar seborrea, aunque lo más frecuente es que el problema aparezca como zonas grasas que dejan la piel brillante.
Lo paradójico del asunto es que una piel pasa puede ser consecuencia de un exceso de limpieza, de frotar la piel con limpiadores y jabones agresivos o de utilizar astringentes con alcohol. Muchas de las lociones comerciales diseñadas para eliminar la grasa de la piel lo que hacen en realidad es estimular a las glándulas sebáceas para que produzcan más sebo. Por suerte, los aceites esenciales tienen capacidad para equilibrar la piel sin empujar a las glándulas a producir más sebo y pueden constituir la solución perfecta para este problema aparentemente insoluble.
MIXTA / GRASA: ELIGE TUS ACEITES VEGETALES
- Argan (Argania spinosa)
- Avellana (Corylus avellana)
- Cártamo (Carthamus tinctorius)
- Girasol (Helianthus annuus)
- Jojoba (Simmondsia chinensis)
- Semilla de cáñamo (Cannabis sativa)
- Semilla de uva (Vitis vinifera)
AÑADE UNAS GOTAS DE ACEITES ESENCIALES A TU MEZCLA
- Geranio (Pelargonium graveolens)
- Jazmin (Jasminum grandiflorum/officinale)
- Lavanda (Lavandula angustifolia)
- Limón (Citrus limon)
- Naranja dulce (Citrus sinensis)
- Pachuli (Pogostemon cablin)
- Palmarrosa (Cymbopogon martinii)
- Petit grain o naranjo amargo (Citrus aurantium)
- Romero (Rosmarinus officinalis)
- Ylang ylang (Cananga odorata)
Escoge tus aceites vegetales que más te gusten dependiendo de tu tipo de piel, incluso puedes realizar una mezcla para beneficiarte de sus propiedades. Si quieres mejorar la mezcla elige 1 0 2 aceites esenciales y añade unas gotas. Unas 8 gotas de aceites esenciales en una mezcla de 30 ml.
No tengas miedo de usar los aceites ya que, si has elegido el adecuado, vas a sentir la hidratación que necesitas.
Si crees que es demasiada potinguería, elige marcas veganas que contengan aceites vegetales en sus principios activos de origen biológico. Tu piel y tu salud te lo agradecerán.